Los recuerdos de lo que paso aquel día son muy distantes y vagos; sigo sin entender muy bien que sucedió o cómo. Desperté una mañana en un lugar que desconocía, junto a una persona que no había visto en mi vida. Sentía el cuerpo pesado y me notaba bastante más grande de lo normal. Mantuve la calma como pude, me levante despacio para no despertar a mi acompañante.Salí de la habitación y fui al baño para lavarme la cara y hacer un esfuerzo por recordar qué había sucedido esa noche. Al encender la luz, mis ojos comenzaron a arder, como si fuesen los reflectores de algún escenario. Lavé mi cara para entrar en razón. Miraba fijamente como caía el agua helada por el lavamanos, sin levantar la cabeza para mirar el espejo. Inconscientemente, sabía lo que me esperaba; pero mi mundo era esa fina línea de agua que caía ahora entre mis manos, y para mi desgracia, dejo de salir.Mis manos estaban entumecidas por el frío y yo estaba quieto, firme, reacio a levantar la cabeza. No quería ver...
En este blog se pueden acceder a las producciones literarias de los alumnos del taller de escritura y lectura de la Fundación Nuevos Caminos